Y nuevamente completamos un Miércoles Santo más.
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Aunque todo parezca igual de un año para otro, cada Miércoles Santo nos trae particularidades que lo hacen distinto para vivirlo de manera renovada. Para empezar, no hemos podido experimentar la completa seguridad climática del año pasado, aunque conforme avanzaba el día las perspectivas meteorológicas iban avanzando favorablemente hasta situarnos a la hora de la salida procesional en una noche plenamente despejada, aunque de una temperatura algo fría.
Previamente, a la caída de la tarde aparecía en el púlpito de la Parroquia de Santa Ana el Angelito, la hermana Paula Fernández Nuevo, que se estrenaba este año y que superó con suficiencia el siempre difícil reto de la interpretación del canto de ‘La Embajá’, recibiendo a su término el aplauso y la felicitación unánimes del numeroso público que se dio cita en el templo parroquial. Acto seguido se iniciaba nuestro tradicional desfile desde la Plaza de la Iglesia a las 8 de la tarde para regresar a la misma media hora después.
A la hora prevista se abrían las puertas de la Parroquia de Santa Ana y comenzaba a salir el cortejo celeste y blanco que invade Archidona cada Miércoles Santo. Los tronos procesionales bajaron la escalinata con su habitual acompasamiento, a pesar de la dificultad que comporta dicha maniobra. El de Nuestro Padre Jesús Orando en el Huerto lo hizo al son de la marcha «Padre Nuestro», el de Nuestro Padre Jesús Preso, que como novedad lucía este año una nueva túnica blanca, descendió al compás de «La saeta», mientras que María Santísima del Amparo iniciaba su recorrido a las notas de «Mi amargura», preciosa marcha que hizo de la salida un momento único y para recordar.
La bajada de la calleja de la Estación, el armónico recorrido por la calle Carrera o la emocionante entrada a la Plaza Ochavada, que tuvo su momento culminante en el recibimiento de la Virgen portada por sus horquilleros de rodillas, fueron nuevamente puntos de referencia imprescindibles en el discurrir del cortejo. La terminación procesional volvió a efectuarse en la Iglesia del Nazareno, esperemos que por última vez, pues confiamos en que el año que viene podamos recuperar nuestra salida y entrada en nuestra sede canónica, la Iglesia de la Victoria.